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WWOOF es el acrónimo de World Wide Opportunities in Organic Farms cuyo significado no literal podría ser algo así como, oportunidades de voluntariado en granjas ecológicas.
La organización WWOOF surgió de manera casual en Inglaterra hace más de 30 años cuando una secretaria Londinense, Sue Coppard, tuvo la idea de ir al campo un fin de semana con unos amigos a su granja, para ayudar en los trabajos y experimentar la vida rural. A partir de aquella idea, todo creció lenta pero constantemente, y hoy existen organizaciones WWOOF en muchos países incluido España.
En el año 2000 se celebró la primera Conferencia Internacional de WWOOF que se llevó a cabo con los representantes de 15 países. En ella se acordó tratar de aclarar conceptos como WWOOFer (voluntario), host WWOOF (anfitrión) y hacer WWOOFing .
WWOOF hace una importante contribución al mundo de lo orgánico, ya que trae más y más personas para que tengan un contacto directo con los productores orgánicos. Esto influye en el conocimiento y en la demanda de los consumidores de este tipo de productos.
Realmente WWOOF es una red internacional de organizaciones que facilitan el contacto entre voluntarios y productores orgánicos. WWOOF funciona como un intercambio, los voluntarios ayudan a los productores en cualquier tarea relacionada con la producción ecológica y, a cambio, reciben alojamiento, manutención y la oportunidad de aprender acerca del modo de vida sostenible.
En el año 2010 yo mismo quise vivir esta experiencia en persona y viajé a Irlanda de WWOOFer para una explotación ecológica agrícola y ganadera.
Los pasos que di en su momento fueron muy sencillos. Lo primero que una persona debe hacer es decidir a qué país viajar y, si en este país hay una organización WWOOF que coordine el intercambio. En este link podéis consultar los países que cuentan con una organización WWOOF y más detalles acerca del mundo WWOOF.
Una vez que decidí ir a Irlanda, busqué en la web de WWOOF Ireland el listado de anfitriones (hosters) que ofrecían sus negocios y sus alojamientos para poder practicar el voluntariado. En la web de WWOOF Ireland pude encontrar un listado donde los anfitriones publican una serie de datos acerca de su modelo de negocio (no son todos granjeros), sus fechas preferentes para recibir WWOOFers y las tareas básicas a realizar por estos. Por otro lado, di de alta mi perfil en el listado de WWOOFers para que los propietarios con los que contacté pudieran ver mis cualidades y preferencias.
Realmente cualquiera puede ser WWOOFer, durante mi estancia en Irlanda tuve referencias de voluntarios de cualquier país del mundo, de cualquier edad (Jhon me contó que había tenido woofers de Mongolia y woofers de más de 70 años), que no precisaron más que ganas de trabajar, aprender y un sentido básico de la responsabilidad. No hay que tener ninguna cualidad específica aunque se valoran mucho conocimientos de agricultura, ganadería, construcción, etc.
Decidí seleccionar 3 ó 4 opciones en diversas localizaciones del país y les envié una solicitud a través de la propia web de la asociación. Todos ellos me contestaron y al final me decidí por Jhon Devoy y su DevoysOrganic Farm, una explotación agroganadera situada en Roscarberry, localidad del condado de West Cork en el sur del país.
Después de varios correos de confirmación y de ajustar unas fechas, hice el petate y me fui para Dublin. Desde Dublin cogí un autobús que me llevó a Cork y desde allí otro para Roscarbery. Roscarbery es una pequeña localidad costera con una incipiente industria turística de «sol y playa», teniendo en cuenta que Irlanda no es Málaga, lógicamente.
Muy cerca de allí Jhon y Sara gestionan su granja donde cultivan vegetales y tienen más de 200 gallinas ponedoras para producción de huevos, todo en sistema ecológico certificado. Jhon y Sara venden toda su producción de manera local en restaurantes y mercados de las localidades cercanas y sus productos son muy apreciados por sus clientes, especialmente los huevos y los guisantes.
La experiencia fue del todo enriquecedora, hacer wwoofing te permite conocer otro país, otras culturas y compartir tus inquietudes con gente con un estilo de vida sostenible. Estuve con ellos aproximadamente 1 mes y compartí la estancia con otros wwoofers procedentes de USA, Francia y Alemania. Hay que tener en cuenta que un wwoofer no va de vacaciones, el trabajo en una granja es duro y hay que dar la talla. Recuerdo jornadas largas en las cuales me tocó hacer de todo, abonar, arar, sembrar, recolectar, preparar semilleros e incluso ir al mercado a vender los productos. También hay tiempo para hacer turismo y ratos de esparcimiento (los pubs en Irlanda son sitios muy divertidos), recuerdo con especial cariño el pub De Barra´s Folk club en Clonakilty.
Los wwoofers y sus anfitriones no firman ningún contrato (aunque la organización de cada país puede a petición formalizar algún documento). Todo se basa en la confianza mutua y, generalmente, cada uno cumple su parte. En mi caso suscribí un seguro para mi estancia allí que te proporciona la propia organización.
Recuerdo especialmente el buen ambiente entre los chicos y chicas que coincidimos allí. Es curioso ver chavales de 20 años que viajan por el mundo trabajando como voluntarios en su afán por conocer modos de vida más ecológicos y nuevas culturas e idiomas.
En definitiva una gran experiencia para quien desee ayudar a estas pequeñas explotaciones a seguir funcionando y a la vez empaparse de su filosofía y de su forma de vida. Muy recomendable también para practicar idiomas.
Si tenéis hijos de entre 17 y 25 años, ya sabéis!! Sláinte!!
EsDeRaíz