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A poco que hayáis pisado el mercado o el super últimamente para comprar fruta y verdura, habréis observado que de un tiempo a esta parte el precio de algunos productos (calabacines, berenjenas, judias verdes…) se ha disparado sin razón aparente. Ante la pregunta a nuestro frutero acerca de los precios, probablemente recibamos un «están muy caros ahora» como respuesta, que no nos aclara muchas dudas. Vamos a intentar explicarlo.
Lo primero que tenemos que recordar es que, aunque ahora tengamos la posibilidad de comprar prácticamente cualquier producto en cualquier época del año, las temporadas y los ciclos de frutas y verduras están claros y definidos. Si compramos naranjas en verano tenemos que saber que estas provienen probablemente de Argentina o USA o en el mejor de los casos de stocks almacenados refrigerados. Asimismo nos pasa con cerezas en invierno (son de Chile mayoritariamente), peras y manzanas en primavera/verano (Italia, Argentina…), etc.
En el caso de verduras de verano (calabacines, judias, berenjenas, pimientos y tomates), la única manera de cultivarlas durante los meses de invierno es en invernadero. Además estos invernaderos deben estar en zonas cálidas que no sufran temperaturas demasiado bajas para que el desarrollo y la producción de estos productos sea el adecuado.
Murcia, Almería, Málaga, Granada y otras zonas de Andalucía se convierten en invierno en la despensa de Europa en cuanto a estos productos. Nuestro privilegiado clima y nuestra potente industria primaria nos permite producir este tipo de productos en grandes cantidades, con una buena calidad, a un precio razonable y colocarlos en cualquier mercado Europeo con facilidad. Pero entonces, ¿porqué se producen estos aumentos de precio?. Básicamente se debe a un tema de oferta y demanda (como casi todo).
Con un mercado interior que abastecer y un mercado Europeo que demanda inmensas cantidades de estas verduras, en cuanto las producciones bajan (debido básicamente a la ola de frío que hemos sufrido) se producen tensiones en los precios. Igual demanda y menor producción desemboca en un aumento de precio inevitablemente.
Desde el punto de vista del agricultor la situación es complicada, menores producciones hacen peligrar sus rentas. Los productores que pactan sus precios y producciones con antelación con mayoristas y grandes distribuidores no pueden hacer nada, los agricultores que no lo hacen venden su producto al mejor postor. Habitualmente este postor está en centroeuropa y para allá que va la mayoría de la producción, por lo cual se produce un desabastecimiento del mercado interno.
Algunas soluciones: Desde el punto de vista del consumidor la solución está clara. Es momento de comer otros productos que no han sufrido estos desmanes. Coles, coliflores, romanescu, lombardas, calabaza pueden ser buenas alternativas mientras la situación se estabiliza.
Una reflexión: Según la opinión de los expertos en cambio climático, España es una de las zonas que más van a sufrir en el futuro. Esta ola de frío polar tan inusual puede hacerse habitual, al igual que inundaciones, sequías y demás catástrofes. ¿Qué haremos entonces?
En EsDeRaíz, trabajamos desde hace tiempo con Angel Rivas, un agricultor de Granada que nos trae en invierno sus hortalizas. Los precios son pactados y más o menos estables a cambio de una continuidad en los pedidos. Esto nos ha permitido mantener los precios con pocas variaciones. De hecho hemos estado vendiendo calabacín ecológico a menor precio que el convencional !! Lo podéis ver en nuestra tienda on line.
EsDeRaíz