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Tengo que confesar que yo mismo reaccioné desconfiadamente ante este producto no hace tanto. Para muchos la leche cruda es un concepto superado, sonaba a la lechería local que vendía su leche de manera local y que nuestras abuelas o madres hervían para higienizarla y, ya de paso, poder disfrutar de esa nata que se forma…uhmmm.
Ese concepto de local y pequeño viene, desgraciadamente unido, al de inseguridad alimentaria y riesgo de enfermedad. No hace tanto en este país la Listeria hacía estragos y las fiebres de malta eran muy frecuentes, ya que todas las familias (especialmente en el mundo rural), se alimentaban de leche de sus propios animales, no siempre manejados en las mejores condiciones de higiene.
Pero lo primero que tenemos que destacar es que comercializar leche cruda en nuestro país es totalmente legal. Siempre y cuando, claro está, se cumplan una serie de controles y buenas prácticas que aseguren la inocuidad del producto. Los controles sobre el producto son exhaustivos realizándose analíticas en contínuo para controlar la seguridad del producto. La leche cruda pasa los controles de sanidad preceptivos y por ser de producción ecológica, los controles propios del organismo regulador, en este caso de Galicia.
Hace más de un año que venimos comercializando leche cruda de vaca en nuestra tienda. La leche procede de Galicia, de una pequeña explotación que, hoy por hoy, es la única del país que comercializa este producto (por lo menos en ecológico) O Alle, de Antonio Carral y su mujer Beti González en Lalín (Pontevedra). Tenemos que decir que la acogida que ha tenido el producto es sensacional y que, habitualmente, la persona que la prueba se convierte en fiel consumidor.
En EsDeRaíz nos gusta comprobar de primera mano las bondades de los proyectos que apoyamos. En el caso de O Alle no habíamos tenido la oportunidad de acercarnos a verles hasta este pasado fin de semana que estuvimos visitando su granja.
La primera impresión que uno percibe cuando habla con Antonio es orgullo y satisfacción por lo que hace. Que hoy en día un agricultor o ganadero pueda decir claramente que vive de sus vacas (34 exactamente), que tiene una explotación prácticamente auto suficiente y que no le debe dinero a nadie es casi casi un milagro. Obviamente no ha sido fácil llegar hasta aquí. La lucha de Antonio por sacar adelante su proyecto ha durado muchos años y no empezó a ver la luz hasta hace un par de años. La desconfianza de la gente por el producto, la proliferación de leche en las grandes superficies a precios muy baratos y ese eterno problema de este país donde nadie (o casi nadie) es profeta en su tierra, hicieron que los primeros años fueran muy duros. Pero Antonio es un hombre de firmes convicciones que cree a pies juntillas en su producto y que no dudó en viajar por todo el mundo para ver explotaciones que trabajaran con leche cruda y aprender el manejo y las claves de esta ganadería.
Hoy podemos decir que el proyecto de Antonio está consolidado. Comercializa unos 2000 litros semanales de leche cruda y más de la mitad lo hace lejos de su tierra (Madrid, Valencia, Cataluña, etc). Curiosamente, en su pueblo no vende casi nada…que cosas!!
La gestión del ganado es fundamental. Antonio posee unas 30 ha dispersas en los alrededores de su granja entre tierras propias ya arrendadas. Es necesario disponer de esta cantidad de tierra para asegurar que la alimentación principal y casi exclusiva de las vacas es pasto. «Los problemas de sanidad del ganado vienen de la estabulación y de la alimentación con grano», dice Antonio.
En O Alle el ganado rota de parcela en parcela comiendo pasto y ayudando a regenerar el suelo para que el ciclo se vuelva a repetir. La clave es lograr el equilibrio entre la regeneración del suelo y la carga ganadera. Antonio utiliza la rotación de cultivos para enriquecer sus tierras y lograr así un ciclo cerrado. Con este manejo más un apoyo de forraje elaborado por el mismo y una pequeña cantidad de grano aportada en momentos puntuales, se consigue que las vacas tengan una alimentación equilibrada y sobretodo, una sanidad envidiable.
En los años que Antonio lleva con el ganado no ha necesitado hacer nunca una desparasitación y nunca ha tenido un caso de Listeria, Brucelosis o Mamitis. Conclusión, sus vacas tienen una vida de entre 12 y 15 años, cuando una vaca en intensivo convencional no aguanta ni 4 años…echad cuentas. Una producción obviamente mas baja (unos 18 litros de media por animal y día) cuando en intensivo las vacas llegan a 30 litros sin problemas, pero una vida 3 veces mayor. Siempre asegurando la mayor calidad en la leche obtenida. Como guinda Antonio da trabajo en su explotación a 3 personas, algunas de las cuales en riesgo de marginalidad.
En una palabra, Sostenible. Gracias familia por vuestra hospitalidad y sabiduría.
Si estáis interesados en comprar leche cruda podéis visitar nuestra tienda on line o nuestra tienda física en el Mercado de Santa María de la Cabeza
EsDeRaíz