Todo el mundo sabe que para estar saludable hay que comer sano. Afortunadamente, cada vez son más las personas que se lo toman en serio y tratan de seguir unos buenos hábitos alimenticios. Incluso se podría decir que la alimentación saludable está de moda y, como siempre ocurre, las nuevas tendencias vienen acompañada de nuevos términos.

En este artículo hablaremos de las nuevas tendencias relacionadas con la alimentación saludable. Como veremos más adelante, una alimentación saludable implica que sea sostenible, así que también hablaremos haremos un repaso por estos productos.

 

Alimentación saludable: definición

 

Empezaremos por definir lo que es la alimentación saludable: “es aquella que permite alcanzar y mantener un funcionamiento óptimo del organismo, conservar o restablecer la salud, disminuir el riesgo de padecer enfermedades, asegurar la reproducción, la gestación y la lactancia, y que promueve un crecimiento y desarrollo óptimos”. Esta definición ha sido consensuada por un grupo de expertos en nutrición del GREP-AEDN.

Siguiendo con esta definición, una alimentación saludable incorpora diversos conceptos. Debe ser, por orden alfabético:

• Adaptada: a las características individuales (situación fisiológica y/o fisiopatológica), sociales, culturales y del entorno de cada individuo.

• Armónica: equilibrar los macronutrientes que consumimos.

• Asequible: viable desde el punto de vista económico. También deber permitir la interacción social y de convivencia.

• Completa: contener todos los nutrientes necesarios.

• Equilibrada: mayor presencia de alimentos frescos, sobre todo de origen vegetal. Las bebidas alcohólicas y los alimentos con baja calidad nutricional deben consumirse de forma ocasional.

• Satisfactoria: agradable y placentera para los sentidos.

• Segura: sin dosis de contaminantes biológicos o químicos que superen los límites de seguridad establecidos por las autoridades competentes, o exenta de tóxicos o contaminantes físicos, químicos o biológicos que puedan resultar nocivos para individuos sensibles.

• Sostenible: priorizar los productos autóctonos y evitar la contribución al cambio climático.

• Suficiente: tiene que cubrir las necesidades energéticas de cada persona.

 

Alimentación saludable: de la A a la Z

 

Como decíamos, al calor de la alimentación saludable han surgido nuevos productos y términos que no tenemos muy claro qué son. A continuación hablaremos de algunos de ellos (iremos ampliando posteriormente) y de los nutrientes más importantes para comer de forma sana.

 

• Ácidos grasos esenciales. Son indispensables y se obtienen de los alimentos. Suministran la materia prima que ayuda a controlar, entre otros, la presión sanguínea, la coagulación o la inflamación. El más importante es el ácido linoleico (sobre todo para el desarrollo infantil).

• Antioxidantes. Son sustancias que retrasan el deterioro de la piel, órganos y tejidos de nuestro cuerpo. Frutos secos, bayas de goji, alimentos ricos en vitamina C o té verde, por poner algunos ejemplos, son ricos en antioxidantes

• Cardiosaludable. Su propio nombre lo indica. Son alimentos que cuidan nuestro corazón, como puede ser el aceite de oliva, el curry, el vino tinto (con moderación), los vegetales verdes, los alimentos con ácido graso omega 3 o las legumbres.

• Cocina de proximidad. Es, ni más ni menos, que comprar y comer lo que hay cerca. Podemos hablar también de kilómetro 0.

• Comercio justo. Sistema comercial solidario y alternativo al convencional cuyo fin es el desarrollo de los pueblos y la lucha contra la pobreza. Si quieres saber más, te recomendamos que leas este artículo que publicamos en el blog de EsdeRaiz hace unos días.

• Consumo responsable. Ajustar nuestros hábitos de consumo a las necesidades reales y optando en el mercado por opciones que favorezcan la conservación del medio ambiente y la igualdad social.

• Detox. Alimentos que ayudan a eliminar toxinas al mismo tiempo que favorecen la digestión y aumentan nuestros niveles de energía. Están muy de moda los zumos y batidos detox. La diferencia es que en los zumos solo aprovechamos el jugo, mientras que con los batidos se aprovechan todas las partes del alimento. De esta forma, conservamos toda la fibra, por lo que tienen un efecto saciante.

• Dietas sostenibles. Tienen en cuenta el impacto que nuestra alimentación tiene sobre el planeta, por lo que promueven una nueva forma de comer saludable y respetuosa con el medio ambiente.

• Ecogastronomía. También llamada ecococina, se caracteriza porque los ingredientes de los platos se eligen de tal forma que prevalezca la conservación del entorno y respeto por el medio ambiente. Resumiendo, es el equilibrio entre ecología y gastronomía.

• Ecológico. Cuando los alimentos se cultivan u obtienen mediante técnicas respetuosas con el medio ambiente donde no se utilizan sustancias químicas de síntesis, como pesticidas o fertilizantes. El objetivo es obtener alimentos naturales, saludables y con todas sus propiedades nutritivas.

• Flavonoides. Son compuestos naturales cuyo consumo tiene múltiples beneficios para la salud, principalmente por sus propiedades antioxidantes. También tienen efectos antiinflamatorios, antivirales o antialérgicos. Y recientes estudios los relacionan con la pérdida de peso. Se encuentran en frutas (sobre todo peras y manzanas), verduras y en el té verde.

• Flexitarianismo. Habíamos oído hablar de personas vegetarianas (no comen carne ni pescado, pero sí alimentos de origen animal, como huevos o leche de vaca), incluso veganas (no comen ningún alimento de origen animal). Ahora añadimos el término flexitarianismo, es decir, la práctica de ser vegetariano pero de una forma flexible. Una persona flexitariana es aquella que normalmente solo consume vegetales, pero que en ocasiones muy contadas (cuando va a comer a casa de algún amigo, por ejemplo) come carne o pescado.

• Funcionales. Son alimentos que cumplen una función, como puede ser mejorar la salud o reducir el riesgo de contraer enfermedades. Para ello se les agregan componentes biológicamente activos, como minerales, vitaminas, ácidos grasos, fibra alimenticia, antioxidantes… Un ejemplo son los cereales con ácido fólico, yogures con probióticos o huevos enriquecidos con omega 3.

• Live Well for Life. Iniciativa europea de WWF y Friends of Europe que aborda dos de los mayores desafíos de la sociedad moderna: los crecientes niveles de enfermedades asociadas a una mala alimentación y el imparable cambio climático.

• Macrobióticos. En alimentación, aquellos productos que no han sido manipulados industrialmente. También existe la doctrina macrobiótica, basada en un conjunto de normas y consejos orientados a perseguir una vida saludable y duradera. Según esta filosofía asiática, los cereales integrales deben suponer la base de la alimentación diaria.

• Orgánico. Ver ecológico. En la Unión Europea la denominaciones orgánico, ecológico y biológico para los productos agrícolas y ganaderos destinados a la alimentación humana o animal se consideran sinónimos y su uso está protegido y regulado.

• Slow food. Aunque la traducción literal nos invite a pensar que se trata de estar dos horas comiendo, lo cierto es que este término engloba un movimiento culinario que busca disfrutar de la comida, redescubriendo la gastronomía local y cuidando el medio ambiente. A grandes rasgos, dicha filosofía consiste en salvaguardar las tradiciones gastronómicas regionales, con sus productos y sistemas de cultivo.

• Smoothies. Aunque suene muy exótico, no deja de ser un batido elaborado con trozos de fruta y/o verduras. Además de hielo, pueden añadirse lácteos para que queden más cremosos.

• Superfoods. Los superalimentos son aquellos que, en pequeñas cantidades, aportan vitaminas, minerales, enzimas digestivas y otros micronutrientes que son clave para la salud.